IMPULSO DE LA MEDIACIÓN Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN TIEMPOS DE COVID-19
La avalancha de casos en los tribunales, debido a la paralización de los plazos procesales decretada por el Estado de Alarma, va a hacer que en estos momentos en los que vivimos, esperemos se le dé un fuerte impulso a la mediación.
El mediador, tiene la ventaja de resolver conflictos de una forma amistosa y rápida, donde las dos partes se sienten ganadoras.
En el arbitraje o en procedimiento judicial deciden el árbitro o el Juez, mientras que en la mediación, deciden los interesados.
Los juzgados están saturados de solicitudes pendientes y desde diferentes organismos, se están poniendo en marcha iniciativas de fomento de la Mediación, como solución para resolver los conflictos de forma más rápida.
La Mediación es una herramienta, un método de resolución de conflictos, en el que interviene una tercera persona imparcial que gestiona todos los factores que interfieren en la comunicación, para que las partes puedan entenderse y solucionar sus problemas.
Como decía Sócrates “El secreto para cambiar, es concentrar toda tu energía no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo”.
Cada vez más son los profesionales de la abogacía que entienden las ventajas y beneficios de la mediación, aunque si es cierto que debe ser desde los poderes públicos, desde donde se cambien leyes y se incluya que al menos, la Sesión Informativa debe ser preceptiva al juicio. De esta forma los juzgados se verían descongestionados, y ayudaría al todo el proceso.
Existe así en Italia, Argentina y en Francia se ha establecido una medida para impulsar la mediación a nivel familiar, por ende, sin haber intentado la mediación, no se admitirán las demandas.
En España, en el mes de enero del 2019, se aprobó un Anteproyecto de Ley para el Impulso de la Mediación, que aún no ha entrado en vigor, aunque se espera que lo haga a finales de este año 2020. La nueva regulación supera el modelo de mediación actualmente vigente, basado en su carácter exclusivamente voluntario, por el denominado de ‘obligatoriedad mitigada’ que obliga a los litigantes a asistir a una sesión informativa y exploratoria, en los seis meses previos a la interposición de la demanda, en un número tasado de materias. Los mediadores exigen que se haga efectiva en el 2020 la Ley de Impulso a la Mediación. Esta ley, entre otras cuestiones, favorecerá el reconocimiento de la mediación entre los ciudadanos, que todavía prefieren ir a juicio antes que llegar a un acuerdo consensuado entre ambas partes.
El papel del abogado, tras finalizar el procedimiento de mediación, será el dotar de forma jurídica los acuerdos alcanzados en el procedimiento, cuando fuera necesario, instar, en su caso, la homologación judicial de los acuerdos alcanzados y asesorar al cliente a los efectos de configurar, en su caso, el acuerdo como título ejecutivo.
El Parlamento Europeo aprobó en 2008 la Directiva sobre la Mediación, cuyo primer artículo especifica la necesidad de promover el uso de la mediación y, en particular, lograr “una relación equilibrada entre la mediación y el proceso judicial”.
La mediación debería ser la primera instancia antes de la vía jurisdiccional, o al menos, la sesión informativa, y tanto ciudadanos como profesionales de la abogacía, jueces y magistrados, así deben de verlo y promocionarlo.
La Abogacía debe conocer el contenido y alcance del proceso de mediación, como una herramienta más al servicio del cliente, tanto en su vertiente intrajudicial, como extrajudicial.
Desde el inicio del estado de alarma se suspendieron lo plazos procesales y el pasado 5 de junio volvieron a reanudarse los mismos, y los plazos administrativos se reanudaron el 1 de junio.
Despidos improcedentes, demandas de divorcio, desahucios, impagos de alquileres, conflictos vecinales, E.R.T.E.S., procedimientos concursales, todo esto se está acumulando en los juzgados y la mediación en estos momentos de crisis, derivada por el COVID-19, es sin duda una buena solución, tanto por su rapidez como por su bajo coste económico.
Los acuerdos de colaboración con entidades, tanto públicas como privadas, son, en mi opinión, la mejor forma de publicitar la mediación ante los ciudadanos, de forma que ésta acabe siendo la primera opción ante un proceso judicial para los interesados, ya sea por sus enormes ventajas, tanto las psicológicas, como por las económicas y reducción de plazos temporales.
Ángeles Vergara Follana
Mediadora Experta en Familiar, Civil, Mercantil, Penal y Resolución de Conflictos.