La mediación comunitaria implica a la ciudadanía , como un miembro activo más, en la búsqueda de soluciones sociales y la corresponsabiliza en la resolución de sus problemas: Busca que los ciudadanos no recurran al Juez o al Alcalde cuando tienen un problema y fomenta que sean lo suficientemente flexibles para reconocer las razones del otro y que participen activamente en la búsqueda de soluciones beneficiosas para ambos.
La mediación, como sistema de gestión de conflictos, permite que los costes se minimicen frente a un proceso judicial, gracias a que todos los implicados colaboran en la solución: La institución, entonces, se convierte en una proveedora del proceso, pero no en la responsable de buscar acuerdos, de solucionar diferencias, ejerciendo de puente entre los mediados.
Una comunidad que incorpora la mediación como proceso de resolución de conflictos es una comunidad que entiende el conflicto desde las dos vertientes: la negativa, por el sufrimiento que comporta, y la positiva, por la fuente de energía y creatividad que puede suponer.